sábado, 10 de diciembre de 2011

Un problema es un regalo

¿Por qué? Porque te permite mejorar.

Para mejorar hay que reconocer que existe una posibilidad de mejora en algún lugar. Si no se reconoce ningún problema, no veremos la necesidad de mejorar en nada. La complacencia es enemiga del Kaizen. Conformarse con lo que se tiene, sin mirar más allá solo nos llevará a seguir haciendo las cosas de la misma manera, día tras día, año tras año.

Y ya sabemos cuál es el resultado de hacer siempre las mismas cosas o de la misma manera.

¿Alguna vez, en vuestro centro, habéis detectado un problema, anomalía, deficiencia... y vuestra primera reacción ha sido negarlo o ignorarlo?  ¿Por qué nos pasa? Muchas veces por miedo a ofender (aún asimilamos mal la crítica en nuestro entorno); otras por miedo al trabajo extra que puede conllevar la solución, por miedo a que te acusen de que tú lo has provocado...

Los profesores nos pasamos la vida evaluando a otros, pero nos cuesta mucho ser críticos con nuestras propias evaluaciones.  La autocrítica  nos cuesta, muchas veces, porque no estamos educados en la cultura del error como fuente de aprendizaje. Seguimos pensando que un error es un fracaso. Y nuestra cultura lleva mal el fracaso.

Sin embargo, necesitamos encontrar problemas para poder avanzar. Evaluar críticamente el problema, buscar sus causas, probar soluciones y evaluarlas, hasta encontrar la que nos elimina el problema (este sería, en grances líneas, el funcionamiento del círculo de Deming).
Como dicen los japoneses: un problema o una crítica son un regalo.

Aquí le llamaríamos “crítica constructiva”.

¿Conocéis a alguien a quien mencionarle un problema le supone una crisis personal? ¿Conocéis a alguien que rápidamente encuentra a otros “culpables” que no son él?
¿Te provoca pavor enfrentarte a un problema nuevo?

A mí, en cambio, me gusta encontrarme problemas. Y cuando soy yo quien lo ha provocado, me tomo mi tiempo, busco el porqué ha pasado, reconozco mi error y propongo mis mejoras.

Todos tenemos derecho a equivocarnos pero entendiendo que el error pasado no se puede corregir. Sin embargo, debería ser obligatorio intentar que no vuelviera a pasar.

Aquí os dejo la imagen del diagrama de flujo de los problemas. ¿Os suena?


2 comentarios:

  1. És curiòs però generalment funcionen les coses tal com les heu plasmat en el gràfic .Jo penso com diu l'entrada que reconèixer a on ens hem equivocat és bo per no tornar a cometre el mateix error. L'any passat els meus alumnes de sisè van fer malament un problema de les proves de competències per culpa d'una indicació meva , tant recalcar : si és rebaixa heu de restar ... que quan la pregunta els va demanar quina era la rebaixa quasi tots van restar. Cada vegada que ho he dit hi ha algú que em fa callar i diu que no s'ha de dir i perquè no? va passar no? doncs vigilaré més com dic les coses la propera vegada i no passa res .

    @empordanesa13

    ResponderEliminar
  2. Si ens acostumem a fer-ho sovint (autocrítica, autoanàlisi...), al final és tan natural com respirar. I ser capaç d'explicar-ho als altres.
    Així, a veure si aconseguim que s'encomani.
    Gràcies per compartir!

    ResponderEliminar